Natalia Manzano no es finlandesa
Natalia siempre tiene una luz en los ojos que capta los prodigios de lo cotidiano, por eso los seis meses de oscuridad no afectan a su sonrisa.
En Almería nunca hace frío, porque has aprendido del mar que viene y se va.
Nosoträsh
Nosotros vamos a la oficina, viajamos en el autobús o en el metro, y al salir del trabajo compramos una barra de pan. Y quizás, sólo cuando llegamos a casa, nos atrevemos a quitarnos la máscara, esa gélida armadura que nos defiende y aisla.
Natalia camina desnuda sobre la nieve, pero no quiere guardaespaldas. Sus ojos maravillados trasforman esa realidad monótona en la aventura de existir: el trabajo es un akelarre, sus compañeros ninfas y condotieros de Uccelo, el bus un dragón, y el metro la madriguera de Alicia. Las farolas y los semáforos hablan con ella, los pasos de cebra dan códigos secretos y por el suelo hay tirados mapas del tesoro.
Apnea es su primer libro y, si ustedes lo leen, descubrirán ese mundo que está delante de nuestras narices aunque lo evitemos o sencillamente nuestra ceguera lo oculte. Algo tan sencillo.
Pedro J. Miguel
